domingo, 26 de junio de 2016

LAS DOS MUJERES

(Basada en una leyenda mexicana)
Cuenta la leyenda que hace muchos años en un pueblo del Mayab vivieron dos hermosas mujeres. A una de ellas le apodaban la Xkebán que en maya significa “la pecadora” y a la otra le decían la Utz Colel que quiere decir “la virtuosa” o “la mujer buena”.
Primero te hablaré de la Xkebán o sea la “pecadora”, que era muy hermosa, pero en todo el pueblo se comentaba que era muy coscolina y que tenía frecuentes deslices de amor con varios de los hombres de aquella pequeña comunidad; por lo que muchos la dejaron de lado y en muchas ocasiones trataron de echarla del poblado, pero finalmente decidieron que era mejor tenerla cerca para despreciarla. Pero, por otra parte esta mujer era muy bondadosa, ayudaba a todos quienes se acercaban a ella, sobre todo a la gente pobre, inclusive los animales domésticos y los silvestres acudían a ella cuando eran lastimados y necesitaban ser curados y alimentados, era humilde de corazón y sufría resignadamente las injurias de la gente. Además, los jóvenes que sufrían alguna decepción o alguna pena, eran consolados por esta mujer, cuyo único pecado era brindar amor a manos llenas.
En cambio, la otra mujer apodaba “la Utz Colel” era virtuosísima moralista y tan conservadora, que vestía de falda larga y mangas largas para no exhibir ninguna parte de su cuerpo. Era virgen, y presumía que nunca, ningún hombre la había tocado, pero ella era rígida y dura de carácter y de sentimientos muy egoístas, al grado de despreciar a los pordioseros y a la gente pobre del lugar que se le acercaba a pedir limosina o consuelo para sus males. Hablaba de todo el mundo, en especial de la “Xkebán a quien tachaba de prostituta, y nunca se acercaba a los enfermos porque según ella, le causaban repugnancia…pero no caía nunca en pecados del amor. Recta era su virtud, pero frío su corazón como la piel de las serpientes.
El tiempo transcurrió y un buen día la “Xkebán” no salio de su casa. De inmediato las malas lenguas dijeron que lo más seguro era que estuviera entregada a sus placeres sexuales, pero luego pensaron que la mujer había muerto, abandonada. Al entrar en la casa la vieron tirada en su cama y notaron que solamente sus animales cuidaban el cadáver, lamiéndole las manos y ahuyentándole las moscas. Pronto, se empezó a sentir en todo el pueblo un perfume que salía exactamente de la casa de la “Xkebán” y con asombro descubrieron que del cuerpo de aquella mujer emanaba ese extraño y perfumado aroma. ¡Cosas del demonio!, exclamo la “Utz Colel” Es imposible que el cadáver de una gran pecadora pueda desprender perfume, exclamó. Más bien hedará a carne podrida. Pero era mujer curiosa y quiso convencerse por sí misma y acudió a la casa. Al notar que era verdad sonrió con sorna y añadió: Si el cadáver de esta mujer mala huele tan aromáticamente, mi cadáver olerá mejor.
La gente pobre del pueblo y a quienes había ayudado asistieron a su entierro, al igual que los animalitos que fueron cuidados y curados por ella. Lo cierto es que a los pocos días, sobre la tumba de la “Xkebán”( la pecadora) salieron unos arbustos y de ellos unas florecitas blancas con las que ahora los mexicanos preparan una bebida que embriaga y pone contentos a los hombres como lo hizo ella en vida. Esta bebida embriagante y dulce es conocida en lengua maya con el nombre de “Xtabentún”.
El tiempo transcurrió y un día falleció la otra mujer, la “Utz Colel” (la virtuosa), pero contrario a lo que todos esperaban, al morir ésta, de su cuerpo empezó a salir una fetidez tan insoportable que tuvieron que enterrarla de inmediato porque no se soportaba tan repugnante olor. El vecindario lo atribuyó a malas artes del demonio y acudió en gran número a su entierro llevando ramos de flores para adornar su tumba: Flores que al amanecer desaparecieron por "malas artes del demonio", volvieron a decir.
A los pocos días, sobre la tumba de la “Utz Colel”, salió una planta o cactus llamada “Tzacam” en maya, el cual es una vara recta que en varias secciones tiene unas esferas con espinas parecidas a los erizos y al final de la planta sale una flor que es muy hermosa pero que no tiene ningún aroma agradable y por el contrario, apesta. Y al tocarla una persona con facilidad puede punzarse con los cientos de espinos que le rodean.
Después de la muerte, la “Utz Colel” no se explicaba por qué, si había sido tan virtuosa y virgen, le había sucedido todo aquello mientras que la “Xkebán” por tener una vida llena de placeres se había convertido en aquellas florecitas con las que se hace el “Xtabentun” o bebida embriagante.
"Utz Colel" nunca se dio cuenta que no sólo basta con ser virtuosa de cuerpo, sino que hay que ayudar a la gente y brindar amor sin esperar nada a cambio, y más aun, que ese sentimiento sea recíproco. Así que la mujer ya muerta, se dió a reflexionar, envidiosa, y llamando en su ayuda a los malos espíritus y al demonio, les pidió regresar a este mundo para engañar a los hombres y seducirlos con un amor nefasto porque la rudeza de su corazón no le permitía otro. Procedió de esa manera sin caer en la cuenta de que si las cosas habían sucedido así, fue por la bondad del corazón de la "Xkebán", quien se entregaba al amor por un impulso generoso y natural.
Actualmente a la “Utz Colel” se le llama de otra manera, ahora le dicen “la Xtabay” que significa (la engañadora o atrapadora) porque con su satánica hermosura llama a los hombres peinando su larga cabellera junto a una frondosa Ceiba, para que después de seducirlos en frenético acto sexual los mate despiadadamente con el frenesí de su amor infernal.



No hay comentarios:

Publicar un comentario