Cap 2.
Apoyado en la baranda de estribor, el capitán Rendfield observaba el horizonte lejano. Había una bruma ligera que hacía que el mar, ahora sereno pareciera misterioso. Era como si una húmeda manta blanca hubiese caído con suavidad sobre el barco y sus pasajeros y derivasen en un viaje a ninguna parte, hacia un puerto al que nunca llegarían. Por primera vez, notó que el océano se parecía a un desierto. La voz del médico de a bordo lo sacó de sus profundas cavilaciones.
_ La joven desconocida acaba de despertar, pero habla en lengua extraña para entenderle.
_Ire a verla, de alguna manera tenemos que encontrar el modo de que nos diga algo sobre su identidad.
A grandes zancadas se dirigió al camarote donde se encontraba descansando la bella joven rescatada del barco hundido apenas unas horas antes.
En las pupilas de la desconocida brilló una extraña luz, apenas visible en la claridad que se introducía por el ojo de buey. Sus negros cabellos le caían como cascadas sobre la blancura de sus hombros. Marvin le dirigió una saludo con un movimiento de cabeza, mientras observaba el dulce semblante de la joven.
Ella le dirigió unas palabras que no entendió. Entonces él fue hacia un cofre de marinero y extrajo un pequeño mapa y lo puso ante los ojos de la muchacha, mientras le preguntaba:
_¿ De dónde vienes?
Ella lentamente lo tomo entre sus manos y señaló con su índice un lugar del mapa. Yugoslavia.
_ El capitán mirando al médico de a bordo le dijo:
_ Ve por holandés, quizás él logre entenderla.
Afortunadamente para el capitán, el primer oficial era un holandés que tenía una larga experiencia de navegante, pudo comprender algunas palabras pronunciadas por la muchacha.
_Dice que se llama Yelena y que su gente estaba huyendo de la pobreza de su país, cuando en plena mar fueron sorprendidos por los piratas. Dice que lleva una maldición con ella .
_ ¿ Que clase de maldición? No creerás en esas tonterías.
_Dice que estaba destinada a casarse en España con un zingaro, pero que antes de atarse en matrimonio con un desconocido decidió huir con los piratas, mientras el barco donde viajaban fue prendido fuego y abandonado en alta mar . Luego ese pirata se enamoró de ella y la mantuvo prisionera para que no se arrojara por la borda. Es extraño capitán, habla de una maldición proferida por su familia, los zíngaros, hacia ella y todos aquellos que la protegieran en la huida.
_ No creo en las maldiciones, holandes, lo que me extraña es que fuera la única con vida en ese barco pirata, ¿que fue de los otros?
_ Dice que están todos muertos, que debes llevarla a tierra, liberarla, de lo contrario tu barco seguirá la misma suerte...Sólo habla de una maldición zíngara , capitán. Afirma que todos moriremos.
El semblante del capitán Rendfield se oscureció de repente. Miro a la joven muchacha a los ojos y pudo percibir un destello de terror.
Abandonó el camarote y subió a cubierta. Se estaba dirigiendo hacia el timón cuando vio a dos de sus tripulantes trepando entre las jarcias. De pronto un ruido seco se escucho en lo alto y parte de un madero en forma de estaca pequeña se desplomó y acertó en el ojo azul del capitán, que se derrumbó al piso, mientras un río de sangre se derramaba en la cubierta.
Como un mal presagio, en ese momento el cielo se volvió a cubrir de nubes negras.
(Continuará)
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